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Descubre la costa noroeste de La Palma. Nuestro paseo nos permite conocer los acantilados, puertos y playas naturales de los municipios de Tijarafe y Puntagorda.
Nos encontramos en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, que, junto con la de Las Palmas de Gran Canaria, componen este pequeño y hermoso archipiélago volcánico, junto a la costa noroeste de África y bañado por el océano Atlántico.
ATENCIÓN: Si quieres visitarnos y viajar con nosotros, que no te pase como a muchas personas, que se confunden con la capital de la isla de Gran Canaria, Las Palmas. ¡Nosotros somos una isla aparte! 😉
La Palma es una isla volcánica muy joven. Tanto, que las ballenas y los delfines ya existían para ser testigos de su nacimiento, y los dinosaurios habían desaparecido hace tiempo. Tanto, que todavía está viva y sigue creciendo, del Norte hacia el Sur.
Así, el Norte es su parte más antigua, con enormes y sobrecogedores acantilados en la costa y densos bosques de laurisilva, donde los brezos llegan a ser árboles, en su interior. En el centro, y desde Tazacorte, nuestro puerto, se abre el Barranco de Las Angustias, lecho del río Taburiente, que nos lleva, cauce arriba, hacia el circo abierto de La Caldera, Parque Nacional de la isla. Y de ahí hacia el Sur, construyéndose todavía, la columna vertebral de Cumbre Vieja, con el Valle de Aridane y sus plataneras al oeste, y descendiendo entre lavas y pinares hasta la punta del faro de Fuencaliente y sus salinas.
Un lugar que integra los cuatro elementos: fuego, tierra, agua y aire; y los riega con vinos de la tierra y excelentes quesos de cabra. Un lugar a conocer a pie y desde el agua. Un lugar que es Reserva de la Biosfera en su totalidad. Un lugar de acogida. Como todo buen corazón.
Las profundidades del océano Atlántico empezaron a dar a luz a esta isla hace unos cuatro millones de años. Desde entonces, la ha visto crecer y la ha acunado con sus mareas, y todos los seres marinos han contemplado su evolución, y se han acercado o alejado de sus costas.
Las profundidades del océano Atlántico están muy próximas aquí: descendemos muy rápido a medida que nos alejamos de tierra firme. Más aún en el lado Oeste, donde solemos navegar. La ausencia de plataforma nos ofrece unas características particulares, que favorecen que los cetáceos, ballenas y delfines de diferentes especies, vengan a visitarnos y a hacer de estas aguas subtropicales su hogar, permanente o temporal. Y no sólo ellos. Una inmensidad de vida se esconde y florece bajo todo ese azul.
¿Y si La Palma es la isla verdiazul? ¿Una joya, en forma de corazón, engarzada en el Atlántico? Quizá lo mejor es que vengas y decidas por ti mismo. Te avisamos, eso sí. Luego querrás quedarte.
Cierra los ojos. Ahora abrélos. ¿Ves esos puntos que brillan arriba en el cielo? Sí, son las llamadas estrellas. Y eso, que te parece una nube, no es tal. Se trata de la Vía Láctea. Tu hogar cósmico. Nuestro hogar en mayúsculas.
La Palma es la sede del Observatorio Astronómico del Roque de Los Muchachos, en el punto más alto de la isla. Uno de los tres enclaves, junto con Hawaii y Chile, en que los humanos de esta época nos preguntamos de dónde venimos y si hay vida ahí fuera. Las condiciones atmosféricas que tenemos debido a nuestra ubicación y a nuestras montañas, unidas a una protección especial, favorecen que tanto tú como los astrónomos podáis ver más allá en el cielo nocturno.
Por eso, aquí se firmó la Declaración Starlight. Por eso, aquí nos enseñan a hacer fotos por la noche donde las luces no provienen de los edificios. Por eso, también conocemos a La Palma como Stars Island. Quizá sea el momento, en una era de GPS y smartphones y Google Maps, de hacer como los navegantes de antaño, y reaprender cuáles son los astros más brillantes en el firmamento que puedan servirnos de guías. Y volver a disfrutar de la noche de otra manera. ¿Te apuntas?